Presentación de la revista Presencia – Edición Digitalizada 1° de octubre

Invitación 1° de octubre - Presencia AEM ESN CCEMX

La revista Presencia fue en cierta forma el acta de nacimiento
de una generación peculiar, la de los escritores hispano mexicanos,
aquella que reúne a los hijos del exilio, aquellos que
llegaron niños o muy jóvenes a México y aquí se educaron
y escogieron su vocación; grupo sin patria que tuvo que inventarla
en la palabra y arraigar en la creación, Generación
Nepantla los llamó uno de sus maestro, Max Aub, lugar sin
lugar, isla inexistente perdida entre dos orillas. La importancia
del grupo de Presencia ha crecido con el tiempo en
el panorama literario tanto español como mexicano. Difícil
de encontrar en bibliotecas especializadas —una de las pocas
colecciones completas está en la biblioteca del Ateneo Español
de México— la ofrecemos ahora en una edición digitalizada
útil para los especialistas y para los lectores interesados
en nuestra literatura.

“Sin nombre”, exposición fotográfica de Vida Yovanovich en el Ateneo Español de México

El Ateneo Español de México y el Laboratorio Arte Alameda extienden a ustedes una cordial invitación para que el próximo sábado 26 de julio, en punto del medio día, asistan al acto inaugural de la exposición Grita en silencio / Memoria que se borra, de la reconocida fotógrafa Vida Yovanovich que tendrá lugar en el Laboratorio Arte Alameda.

       Por la tarde, a las 17:30 horas, los esperamos en el Ateneo Español de México, donde celebraremos una mesa redonda en la que participarán Laura González, José María Espinasa, Marco Rascón, Vida Yovanovich y Carmen Tagüeña, como moderadora. Posteriormente inauguraremos la exposición fotográfica Sin nombre, con imágenes actuales de Mauthausen.

 

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Grita en silencio / Memoria que se borra

Exposición de Vida Yovanovich que surge de su trabajo en Mauthausen, un campo de concentración localizado en Austria y el único que los nazis calificaron como de categoría III, reservada para el régimen más duro. Si bien el proyecto de Yovanovich inició como una investigación personal de sus antecedentes familiares, su registro del campo acabó centrándose en el tema de la memoria histórica: este campo alojó a prisioneros de muchas razas y nacionalidades y no sólo judíos.

La experiencia previa de Vida Yovanovich en cárceles de mujeres la preparó para abordar este nuevo tema. Despacio, sola y en silencio, recorrió durante tres meses el terreno que albergó este tremendo campo de concentración.
El transcurso del tiempo y el cambio de las estaciones sugirió a la fotógrafa una posibilidad no imaginada: la de imprimir el poder del tiempo presente en el registro de un pasado que tiende a borrarse.

Grita en silencio / memoria que se borra, presenta ocho instalaciones que reúnen una selección de registros en fotografía, audio y video.

 

 

Sin nombre lg

 

Exposición: Jesús Martí Martín. La tertulia del Sorrento

El Ateneo Español de México y la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal  –a través de la Coordinación de Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural–,  se complacen en invitarlo al acto inaugural de la  exposición Jesús Martí Martín, que tendrá lugar el martes 15 de julio de 2014, a las 19:00, en Pino Suárez N° 30, Centro Histórico.

Jesús Martí  Martín

75° aniversario de la llegada del Exilio Español a México

Veracruz, Ver., 13 de junio de 2014.

Develación de la placa conmemorativa del 75° aniversario de la llegada de Exilio Español a México

Palabras de Carmen Tagüeña Parga, Presidenta del Ateneo Español de México, A.C. 

Estamos aquí reunidos para develar una placa más en este hermoso Puerto de Veracruz. Parece algo sencillo pero no se hubiera logrado sin la enorme ayuda de las instituciones culturales, académicas y de gobierno, sobre todo municipal de esta Ciudad. Agradezco de corazón a todas las personas que han ayudado, que han hecho posible esta celebración. Como siempre sucede las personas y su entrega son determinantes y hacen la diferencia.

Carmen Tagüeña Parga, Ramón Poo, Carmen Romero e Isabel Rosique durante la develación de la placa conmemorativa.

  La del Sinaia fue la primera expedición colectiva de exiliados que reflejaban en su composición la diversidad social, ideológica, política y profesional del pueblo que había hecho la guerra. Siguieron poco después el Ipanema , el Flandre y el Mexique y finalmente el Nyassa. En estos “Barcos de la Libertad. Diarios de Viaje” como los llaman en la interesante publicación del Colegio de México llegaron un número que todavía se discute de aproximadamente 25 000 personas. La  guerra civil acababa de terminar y la llegada del Sinaia a Veracruz, marca la larga marcha del exilio en México.

     La travesía del Sinaia duró 18 largos e interminables días. Sin embargo, el viaje se convirtió poco a poco en un rescate de la esperanza. Hubo una serie de actividades: conferencias sobre México, reuniones de grupos profesionales, conciertos, exposiciones y para promover estas actividades comenzó a salir en mimeógrafo el periódico de a bordo a cargo de Juan Rejano y Manuel Andújar entre otros. En la presentación que hace Adolfo Sanchez Vázquez cuando se hace la edición facsimilar de esta joya bibliográfica podemos leer  lo siguiente “De su lectura, de sus actividades y vida cotidiana de los pasajeros, aquel conjunto de seres humanos acosados en los primeros días por la tristeza, la amargura y la nostalgia y dados a confinarse a si mismos, se transformó en la comunidad esperanzada que desembarcó en Veracruz”.

    La llegada del Sinaia al puerto de Veracruz en 1939 es una de esas fechas históricas que se vuelven ya un símbolo. Es la fecha de nacimiento del exilio español en México, momento doloroso para los que dejaban atrás a España, pero a la vez promesa de paz, tranquilidad y trabajo en esa nueva patria. Es un hecho conocido y ha merecido múltiples recuerdos y elogios, que el gobierno del general Cárdenas anticipando el final de conflicto, había puesto en marcha la mayor operación de solidaridad internacional que probablemente se haya visto nunca. En nuestro mundo actual en el que las migraciones y los exilios siguen siendo un problema grave vale la pena recordarla sobre todo porque al estudiar esa época nos conoceremos mejor como mexicanos.  México estuvo dispuesto a dar pan, hogar y trabajo a todos  aquellos para quienes no habría paz ni piedad ni perdón en el España de Franco.

     Actualmente, a setenta y cinco años de la llegada del exilio español a México en 1939, el Ateneo Español de México es, junto a las escuelas Luis Vives y Madrid, las tres instituciones que siguen vivas de las formadas por los transterrados, como los llamó el filósofo José Gaos. La influencia de ese exilio se siente aún y se seguirá sintiendo por muchas décadas en la cultura mexicana: hijos, nietos, bisnietos de ese exilio se encuentran entretejidos con la realidad social, cultural y civil del México del siglo XXI.

    Alguna vez leí que“ Los papeles viven las convulsiones de los seres humanos”  y eso es absolutamente cierto,  Por esa razón en los  acervos del Ateneo se puede documentar  toda la historia  del exilio y de su integración a México. Pensando en este día me llamó la atención el discurso del ya mencionado Adolfo Sánchez Vázquez  cuando se develó la placa del 50 aniversario. Aquí hay personas que vivieron el momento pero todos lo podemos recrear y resulta interesante constatar que se podrían decir palabras muy parecidas:

    “Nos reunimos aquí, convocados por el Ateneo Español de México, para develar la placa conmemorativa del 50 aniversario del exilio español y es justo que lo hagamos en este noble puerto jarocho donde llegaron las primeras expediciones colectivas, con las que comenzó nuestro exilio en tierra mexicana.

    Conmemoramos así cincuenta años del exilio, pero no-ciertamente- de exilio-, pues aunque este fue largo y rebasó todas nuestras previsiones, terminó hace ya quince años. Y ello por dos razones fundamentales: la primera porque desde mediados de la década pasada desaparecieron las condiciones opresivas que nos impedían volver a España como ciudadanos libres; y la segunda, porque desde más atrás nos sentimos parte integrante e indisoluble del país que hace medio siglo nos abrió sus puertas.”

Podemos decir lo mismo y solamente falta un emocionado recuerdo de los que por lógica de la vida y de la edad han ido desapareciendo y no nos acompañan hoy físicamente. Sin embargo, como escribió Ascensión Hernández de Leon Portilla, seguimos conmemorando los aquí presentes

     “La trascendencia de una emigración. Trascendencia lograda a través de un diario recrear la vida en el marco de unas creencias y de unos valores. Esta fue la razón vital de los que eligieron el exilio. Sus creencia sus valores a la postre triunfaron bajo el lema de la democracia y la libertad. De modo que por una paradoja de la historia, aquellos vencidos faltos de todo, hasta de la tierra a-terrados como los definió Adolfo Sánchez Vázquez acabaron ganando no solo una tierra, una patria, sino también a la postre, ganaron la batalla decisiva, la del exilio.”

Muchas gracias

 

Sara Ladrón de Guevara, rectora de la Universidad Veracruzana.

Palabras de Sara Ladrón de Guevara, Rectora de la Universidad Veracruzana 

75° ANIVERSARIO DEL EXILIO ESPAÑOL EN MÉXICO

 

Entre España y México

Pedro Garfias
[Escrito a bordo del Sinaia]

Qué hilo tan fino, qué delgado junco
—de acero fiel—, nos une y nos separa,
con España presente en el recuerdo,
con México presente en la esperanza.
(…)
Como otro tiempo por la mar salada
te va un río español de sangre roja
de generosa sangre desbordada…
Pero eres tú, esta vez, quien nos conquista
y para siempre, ¡oh, vieja y nueva España!

Estimados amigos:

Para quienes no estuvimos aquí hace 75 años, resulta difícil imaginar la estampa, las miradas, los rostros de quienes llegaron, tras una travesía de 19 días, a bordo del SINAIA, barco que con sus 112 metros de eslora y una capacidad declarada para 654 pasajeros (132 en cabina, 522 en tercera clase) transportaba a 1599 españoles que escapaban del horror de una guerra terrible y cruenta, del espanto del confinamiento en campos de concentración franceses.

    Sólo ellos sabían de los pensamientos que traían consigo, de sus anhelos y vicisitudes. Pero es fácil suponer que a más de uno, a medida que la embarcación se acercaba a Veracruz, ya teniendo a la vista San Juan de Ulúa, le trajera la doble sensación del alivio de estar llegando a buen puerto y la desazón por encontrarse frente al último bastión de la dominación española en México.

    Y si nos resulta difícil imaginar esa estampa, ¿para qué conmemorar? ¿Para qué recordar? ¿Acaso no se trata de una más de las muchas tragedias humanas que tuvo que experimentar la violenta historia del siglo XX? Para nosotros, quienes estamos aquí esta tarde, la respuesta es sencilla: El SINAIA no fue sólo un barco. La llegada de sus derrotados pasajeros no es sólo un hecho. Se trata de un hito histórico, un símbolo.

De entrada, la acogida de los republicanos españoles no fue sólo un acto de humanidad, un gesto de solidaridad. Los que arribaban no eran sólo un grupo de refugiados; era, además y sobre todo, la España misma. Y quien los estaba recibiendo era México, un país de acogida profundamente solidario. Esto lo sabía muy bien Ignacio García Téllez, el Secretario de Gobernación, quien acogió solemnemente a estos viajeros con las siguientes frases:

     “No os recibimos como náufragos de la persecución dictatorial a quienes misericordiosamente se arroja una tabla de salvación, sino como a defensores aguerridos de la democracia republicana y de la soberanía territorial, que lucharon contra la maquinaria opresora al servicio de la conspiración totalitaria universal (…) Política defensiva y retrógrada la de los fascistas totalitarios hispanos que quieren someter a coloniaje espiritual, económico y político a los estados independientes del Nuevo Mundo, soñando en la reconstrucción de la España Imperial de los Reyes Católicos.”

    A esas alturas de la historia, por otra parte, Veracruz ya había demostrado su carácter heroico. La primera ocasión fue ante los españoles, acuartelados en San Juan de Ulúa. Se trató del heroísmo de saber resistir el embate del enemigo. Pero en junio de 1939 Veracruz protagonizó un nuevo tipo de heroísmo: el de la recepción con los brazos extendidos a los republicanos, que derrotados pero no vencidos habían tenido que escapar de la España franquista.

    Sin pretender enjuiciar la historia, sí debemos hacer de la memoria un acto de justicia, pues mientras Europa miraba hacia otro lado, encerrando a estos derrotados en campos de concentración, negociando con sus vidas o dejándolos morir, México comprendió rápidamente que recibirlos era un acto de lucha y de fraternidad.

    No podemos olvidar que la Guerra Civil Española fue el primer tablero en el que se jugó la expansión de la lucha de la democracia frente al totalitarismo, como muy bien comprendieron los voluntarios de las brigadas internacionales. Por ese motivo, la recepción del SINAIA fue uno de los momentos emblemáticos en el que México, estoicamente, continuó esa lucha contra la tiranía de los sistemas totalitarios.

    Por otra parte, debemos recordar que con la llegada del SINAIA México también ganaba. Sí, porque entre estas 1599 personas se encontraba lo más granado de las ciencias y las letras ibéricas de esa generación. Es curioso que, frente a la parafernalia de la propaganda franquista, que generó el mito del “oro de Moscú”, en virtud del cual los “malvados rojos” habían despojado a España de sus reservas de oro y las habían llevado a la Unión Soviética, nadie pareciera percatarse de que la mayor riqueza de la República se transportaba en el SINAIA. El propio García Téllez, que antes de haber sido Secretario de Gobernación fue Rector de la UNAM, terminó su discurso de bienvenida afirmando:

    “Entráis al hogar que formaron vuestros ancestros para entendernos en el mismo idioma, mezclar nuestra sangre, hacer fructificar los campos y acrecentar la industria, aportando recursos económicos, capacidad técnica y fuerza de trabajo. Los altos valores que representáis en las ciencias y en las letras contribuirán al brillo de la cultura nacional y recogeremos a la vez el ejemplo de la superación de la intelectualidad española que puso su patrimonio espiritual al servicio de la República”.

    Si México se encontró con la posibilidad heroica de acoger a los españoles como un acto de defensa de sus propios valores, y con la recepción de los más brillantes y preparados intelectuales republicanos, España también salió ganando. No la España franquista, la que se hizo oficial a sangre, fuego y traición, sino la España intrahistórica, representada en las 307 familias que viajaron en este barco y que en su singladura por la mar océana no se sintieron como conquistadores, sedientos de riquezas y poder, sino más bien como un Ulises que regresa a su patria.

    En efecto, podemos afirmar que la travesía del SINAIA es un periplo, un viaje con regreso al punto de partida, a la patria del imaginario republicano español. Esto es algo que muy pronto y muy bien entendió José Gaos, que se describía a sí mismo y a todos lo que con él llegaron a México como transterrado:

     “Los españoles encuentran en México una continuidad lingüística y en gran parte cultural, lo cual les permite proseguir y ampliar sus obras realizadas en España. México se constituye en la ‘extensión’ y el ‘destino’ de la patria misma, para denominarse empatriados”.

    No dejaron su patria para ir a otra. Su experiencia no fue la del exilio, la del destierro, sino la del transtierro. No se les “trasplantó” o desarraigó. En todo momento llevaron su patria consigo a un espacio simbólico, que aunque geográficamente distinto, era vitalmente el mismo.

    En la placa que ahora se devela aparece un lacónico “Gracias, México. Gracias, Veracruz”. Pero en un acto de auténtica correspondencia, también nosotros los mexicanos deberíamos decir “Gracias, España”. Porque se trataría de un agradecimiento como Nación, pero, muy especialmente, como comunidad universitaria, como Universidad Veracruzana.

    La llegada del SINAIA es el emblema de la bienvenida fraternal, no subordinada, al invaluable tesoro de una generación de científicos, humanistas, tecnólogos y artistas que nutrieron con todos sus saberes la vida intelectual de nuestra Patria, con un impacto de larga duración que hasta la fecha, tres cuartos de siglo después, es reconocible y está vivo en nuestras Universidades. El magisterio y la aportación generosa a la medicina, la física, la arquitectura, la ingeniería, la historia, la filosofía, a prácticamente todas las ramas del saber, son indiscutibles y perdurables en el México actual.

    Por este motivo la Universidad Veracruzana no podía estar ausente de este sencillo pero sentido acto de homenaje, de memoria, de intrahistoria, por la llegada del SINAIA. Con toda seguridad, los grandes hechos históricos se nos muestran con ostentación. Los libros, los edificios, los objetos, los museos nos los recuerdan. Sin embargo, para la vida del espíritu lo que realmente soporta el paso del tiempo con tenacidad son los símbolos. Y en este caso el SINAIA es para nosotros, como símbolo, un elemento básico de nuestro imaginario. Por una parte se trata de un legado académico: el de los transterrados, gracias al cual se revitalizó y orientó nuestra vida intelectual, y del que seguimos abrevando; por otra, se trata de la herencia cultural, que también debemos transmitir en el claustro universitario.

    Por todo ello hay un heroísmo diferente: el de recibir con los brazos abiertos a todos aquellos transterrados que nos patentizan ampliamente “cómo la pluma puede ser más valiosa que la espada”.

Muchas gracias.

Carmen Romero de Rayo

Palabras de Carmen Romero de Rayo, socia del Ateneo Español de México

Conmemorando

Hoy, 13 de junio, se conmemoran 75 años de la llegada al puerto de Veracruz, a este puerto, del Sinaia , barco que trajo a México, gracias a la generosidad del General Cárdenas y con la ayuda del  JARE, al primer gran contingente de refugiados españoles  procedentes, la  mayoría de los campos de concentración de Francia ,donde fueron internados por el  gobierno francés, mujeres, niños y combatientes, los que después de la derrota, algunos heridos o enfermos atravesando los Pirineos a pié tratando de salvar sus vidas llegaron a  territorio francés.

¡Cargamento de dolor que el pueblo de Veracruz recibió con los brazos abiertos ¡

Otros barcos vendrían después, pues México apoyó nuestra causa en lucha por la libertad y el que acogió al mayor contingente de refugiados y el que nos ayudó a recobrar la esperanza…

Uno llegó antes con los niños de Morelia.

Entre los barcos que llegaron  más tarde también con exiliados  procedentes de Francia, aunque no todos arribaron a este puerto, fueron el Ipanema, el Mexique, el Santo Domingo, el Quantza, el Nyassa, que hizo tres viajes en el año 1942, cuyos  numerosos tripulantes  también refugiados tuvieron la fortuna de lograr desembarcar aquí en Veracruz.

Esos hombres y mujeres que llegaron, ese rio español de sangre roja, con afinidad de sangre y lenguaje común, con acierto mezclaron con savia mexicana  y sus frutos dieron.

Hoy los que aún estamos, y los descendientes de este exilio, ya mexicanos, manifestamos nuestra profunda gratitud a este noble pueblo añadiendo una nueva leyenda en este sencillo pero emotivo documento:

¡Gracias México!  ¡Gracias Veracruz ¡

  “ Las manos del exilio “

    Si llegaron crispadas /  con los puños cerrados/ ante nueva morada /

    colmada de horizontes / las manos del exilio / se abrieron a esa luz /

    industrias en ciudades/ y en el campo sembrar.

Isabel Rosique

Isabel Rosique Molina

 

Palabras de Isabel Rosique Molina 

Buenas tardes: Estar aquí ante ustedes con algunos compañeros de viaje y con otros, los más, descendientes de aquellos que durante veinte días estuvimos juntos en “el barco de la esperanza”, en el Sinaia, es recordar muchas cosas; cosas que por supuesto no alcanzaría a platicar en este breve espacio con el que me han distinguido.

Recuerdo la tristeza de mis padres, sacudidos por la tragedia de la guerra civil, el derrumbe de nuestra República, la azarosa huida a pie desde Barcelona a finales de enero de 1939 hasta la frontera francesa, perseguidos por la aviación franquista, el encierro de mi padre en el campo de concentración de Argèles, el accidentado abordaje del Sinaia en el puerto de Sèt, la incierta travesía, mi madre que arrojó al Atlántico su paraguas Chamberlain “porque México era un desierto y no lo iba a necesitar”… Recuerdo los juegos infantiles (yo tenía doce años y mis hermanos diez y ocho años), la alegría de la Banda Madrid, las veladas literarias, las pláticas y la construcción de las amistades. Recuerdo la llegada del barco a la bahía de Veracruz el día 12 de junio, el tiempo de espera antes de bajar al día siguiente, de pisar tierra mexicana hasta que acudieran las autoridades mexicanas y el presidente de la república española, Juan Negrín, para darnos la bienvenida, para darnos vida y esperanza.

Por supuesto que el Puerto de Veracruz era otro, el muelle, también; sin embargo, el color del cielo, el mar, y los afectos de la gente siguen igual, siguen siendo la voluntad de los mexicanos por cobijarnos, y compartir un pedazo de ellos, para que todos juntos lo trabajáramos. Y así, desde hace 75 años hemos estado aquí, luchando hombro con hombro, transformándonos en mexicanos completos, a través de nuestros hijos, de nuestros nietos y bisnietos, sin olvidar jamás de dónde venimos, cómo venimos y por qué luchábamos y seguimos luchando.

Nuestros primeros pasos en México (el país donde las ilusiones monárquicas acabaron en el Cerro de las Campanas) fueron aquí, en este lugar donde hoy dejamos como testimonio de ese doloroso exilio una placa que da cuenta del hecho para recuerdo de todos, para el futuro, para recordar la bonhomía y la generosidad del pueblo mexicano y de su presidente Lázaro Cárdenas, y la certeza de que con todo y la trágica derrota que sufrimos por las armas del fascismo internacional, la razón nos asistía y hoy España, de donde vinimos, levanta la voz para confirmarla.

¡Viva la República española!

¡Viva México!

¡Viva el referéndum por la democracia republicana!

Muchas gracias

Veracruz, Ver., 13 de junio de 2014.

 

 

 

 

 

 

 

Ceremonia de premiación al diseño ganador del Sello “75 aniversario del exilio español en México”.

Apreciables ateneístas y amigos:
A las 19:00 hrs. del miércoles 11 de junio, en el marco del acto inaugural de la exposición fotográfica et in arcadia ego, de Emilio Sola, celebraremos la premiación al diseño ganador del sello conmemorativo del 75 Aniversario del Exilio español en México, de Gabriel Rivera Cruz.

Los esperamos, como siempre, en Hamburgo N° 6, esq. Berlín.

Presentación del proyecto de rescate y remodelación del Parque Antonio Machado

Queridos ateneístas y amigos:

Solicitamos su generosa ayuda para rescatar el Parque Antonio Machado

Patria no es el suelo que se pisa, sino el suelo que se labra; no basta vivir sobre él, sino para él, que allí donde no existe huella del esfuerzo humano no hay Patria, ni siquiera región, sino una tierra estéril, que tanto puede ser nuestra como de los buitres o de las águilas que sobre ella se ciernen.

            Encabeza nuestro mensaje una profunda reflexión de quien a lo largo de su vida habló en verso y vivió en poesía: Antonio Machado, el poeta sevillano al que el Ateneo de Español de México rindió homenaje, a mediados de la década de los noventa, al inaugurar el Parque Antonio Machado.

            Concebido como un espacio que privilegiaría expresiones culturales y artísticas, el parque condensó los sueños de un numeroso grupo de amigos que colaboró desinteresadamente: se erigiría un monumento, una pérgola, una fuente, una estela y una plazoleta, conforme al proyecto de José Luis Benlliure.

 En el marco de un sencillo pero emotivo programa, el proyecto vio la luz el 29 de septiembre de 1994; una década después, con el apoyo de las autoridades volvimos al cruce de Periférico y Presidente Masaryk, en Polanco, para sembrar más árboles y restaurar lo que el vandalismo había destruido.

 Este año, al conmemorar el 75° aniversario de la llegada del Exilio Republicano español, nuevamente nos proponemos recuperar el Parque Antonio Machado y completar  ―con el apoyo de todos ustedes y del Gobierno de la Ciudad de México―,  el proyecto original del arquitecto Benlliure.

Así pues, extendemos la más cordial invitación para que nos acompañen el próximo miércoles 28 de mayo, a las 19:00 hrs a la reunión que celebraremos con vecinos del Parque Machado, autoridades del gobierno capitalino y socios del Ateneo Español de México, a fin de conocer con detalle el trabajo que se ha estado realizando en pro de esta magna obra.

 Atentamente

FIS. CARMEN TAGÜEÑA PARGA


Conferencia internacional 75° aniversario del Exilio Republicano Español en México, América Latina y el Caribe.

PRESENTACIÓN

La conferencia internacional “75 aniversario del Exilio Republicano Español en México, América Latina y el Caribe”, se inscribe dentro de la serie de actividades académicas que organiza durante el 2014 “La Cátedra del Exilio Español”, que durante ese año tendrá su sede en la UNAM. Este año el ciclo de actividades conmemorativas recordará de manera especial el 13 de junio, día de la llegada del buque Sinaia al puerto de Veracruz en 1939.

La conferencia internacional tiene como objetivo hacer un análisis de la historia del exilio en la región y sus temas colaterales. Este evento académico será un foro de análisis que permita elaborar un inventario de lo que se ha realizado y falta por explorar sobre un fenómeno que ha tenido una amplia repercusión en la sociedad mexicana y latinoamericana en su conjunto. Pretende impulsar el debate académico y generar en un espacio de reflexión y análisis sobre las posibles valoraciones sobre un tópico que comienza a estudiarse cada vez más desde visiones latinoamericanas, es decir, gobiernos, instituciones y sociedades de acogida.

 

La actividad se organizará en varias conferencias magistrales y múltiples mesas redondas y abordará tres líneas principales de trabajo:

I.- “El impacto de la Guerra Civil Española en las sociedades latinoamericanas

(1936-1939)”.

II.- “El exilio español durante la Segunda Guerra Mundial”.

III.- “El desenvolvimiento del exilio español en México, América

Latina y el Caribe (1946-1977)”.

PARTICIPACIÓN

Se les convoca a participar como ponentes en el evento, en este sentido rogamos que

nos hagan llegar un resumen de la propuesta, antes del 31 de mayo de 2014 a la

siguiente dirección:

interaccionexilios@gmail.com

Dicha propuesta debe contener la siguiente información:

1.- Datos personales (Nombre completo, email y dirección postal).

2.- Una semblanza profesional.

3.- Título de la propuesta.

4.- Resumen de la propuesta (aproximadamente 100 palabras).

Foto: Luis Miguel Vargas Contreras

Elena Poniatowska en el Ateneo Español de México

EL LIBRO DE MANUEL GARCIA “MEMORIAS DE POS GUERRA. DIALOGOS CON LA CULTURAL DEL EXILIO (1939- 1975)

POR ELENA PONIATOWSKA

Los libros que se refieren a  la guerra de España  conmueven hasta la médula y esto me sucede con el libro de Manuel García “Memorias de pos guerra. Diálogos con la cultura del exilio (1939- 1975)” publicado por la Universitat de Valencia en España. No es la primera vez que Manuel García habla con particular excelencia del  exilio. Ya lo había hecho como autor y editor con el libro “Exiliados. La emigración cultural valenciana. Siglos XVI – XX”.  Este libro consta  de entrevistas con personajes  que tuvieron que salir de España para poder seguir viviendo, hombres, mujeres y niños perseguidos por la guerra civil, varios de ellos para mí entrañables, Max Aub, Federico Álvarez, los hermanos Mayo, Adolfo Sánchez Vázquez, Concha Méndez avecindada en Coyoacán y el politólogo Rafael Segovia que se casó con mi compañera del  Liceo Franco Mexicano, Polo Forcella.  El libro de Manuel García incluye además a mexicanos de la talla de Octavio Paz y José  Luis  Martínez y a seres mágicos y creativos como los dos fotógrafos Kati Horna y Walter Reuter. Concha Méndez era un sol de más en el jardín asoleado de Coyoacán, madre de Paloma Altolaguirre. Ese jardín también albergaba a Luis Cernuda quién vivía con lentitud su exilio mexicano “Amargos son los días/ de la vida viviendo/ solo una larga espera/ a fuerza de recuerdos”. Mientras le enseñó a leer a Paloma Altolaguirre, madre de un escritor cuya muerte todos lamentamos porque era un muchacho espléndido: Manuel Ulacia,  poeta y autor de un  libro sobre Octavio Paz con quién pasó muchos fines de año, muchos de los 31 de  diciembre de su joven vida.

Foto: Luis Miguel Vargas Contreras

Foto: Luis Miguel Vargas Contreras

Paloma, hija de Concha Méndez y Manolo Altolaguirre es quién más cercanía tuvo con Luis Cernuda y nos cuenta cómo iba casi a diario al cine y asistía puntualmente a su aula en la Universidad Nacional Autónoma de México. Era un hombre guapo y pulcro, leía mucho, oía música clásica y veía a muy poca gente. Gracias a las preguntas de Manuel García a Luis Alcoriza, director de cine, me entero de que tanto Buñuel como Luis Alcoriza se propusieron filmar la novela “Bajo el volcán” de Malcolm Lowry y se dieron cuenta que era inadaptable porque en el cine lo que cuenta es la imagen y la emoción visual y aunque años más tarde Richard Burton habría de interpretar al Cónsul, la película no logró reflejar la vida interior de ese gran bebedor que pasó su vida en una cantina mexicana y reflexionó durante horas en el significado filosófico de un letrero plantado en el pasto del jardín principal de Cuernavaca que decía: “¡Le gusta este jardín que es suyo? ¡Evite que sus hijos lo destruyan!”. Malcom Lowry que nunca se protegió a sí mismo pensó que este mensaje enviado desde el más allá le estaba destinado y sin embargo lo desoyò.

El gran actor Augusto Benedico recuerda a Ofelia Guilmain y asegura que los años cuarenta son los años del Cine Nacional Mexicano. Como soy devota no sólo del cine de Luis Buñuel sino de su persona atesoro una anécdota a propósito de un oso que vive con una familia simplemente porque a don Luis se le antojó meterlo a la casa y sobre todo la de unas hojas de árbol que de pronto caen sobre la cabeza de unas mujeres. Nadie entiende qué diablos hacen las hojas de árbol dentro de los sanitarios como suelen llamarlos ahora en México y por qué van a dar sobre el cabello de las mujeres y nadie se pregunta si vienen o no a cuento, es simplemente una fantasía buñuelesca que el mismo Buñuel explica: “En España hay una ciudad que se llama Cuenca que está sobre un acantilado. El servicio da al precipicio. Y como está muy alto se ven volar las águilas, hay mucho viento, y el viento trae muchas hojas y a las mujeres se les llena la cabeza de hojas”.

En este momento en que acabamos de celebrar el centenario de Octavio Paz, el historial latinoamericano de Juan Gil Albert se vuelve muy importante porque fue secretario de redacción de la revista “Taller”  que Octavio Paz siempre consideró esencial dentro de la historia de la literatura hispana. La respuesta  de Juan Gil Alberto es particularmente emotiva porque habla de Elena Garro y de su hija, Elena Paz Garro que murió un día antes del gran festejo en Bellas Artes del centenario de Octavio Paz, el domingo 30 de Marzo. Juan Gil Albert le confía a Manuel García que no ha olvidado nunca a Elena Garro y que la separación de ambos, Octavio y Elena, le dolió mucho. Cuando Elena estuvo en España con su hija también Elena, a Juan Gil Albert le extraño mucho que no lo buscara porque tenía una buena amistad. También Gil Albert responde humilde y extrañado a la pregunta de Manuel García acerca de su candidatura al Premio Príncipe de Asturias. “Se lo dieron a Rosa Chacel. Nosotros nos conocíamos de antes de la guerra. Luego la vi durante mi exilio cuando viajé a Río de Janeiro”. También le pregunta Manuel García a Gil Albert: “Usted es ahora presidente del Consejo Valenciano de Cultura, un organismo en el que no hay ninguna mujer. ¿Qué le parece?” y con toda humildad el entrevistado responde: “Me dice usted una cosa que no me había planteado. Es el primer comentario que recibo al respecto. Claro que si usted lo dice deberíamos reflexionar sobre el tema. Me quedo impresionado por lo que dice”.

Debo afirmar aquí que tengo una enorme devoción por los republicanos y siempre atesoré su amistad, la de Monseñor José María Gallegos Rocafull que comía cada quince días en casa de mis padres y esperábamos con ilusión, la de Juan Rejano que parecía un toro de Miura, la de León Felipe en su casa de Miguel N. Schultz que llamaba a su  mujer: “Bertuca, Bertuca, ven a ver a una polaquita”, la de José Gaos y Eduardo Nicol a cuyas conferencias mi madre acudìa desde que leyó su libro “Psicología de las situaciones vitales”, la de Angelita, mujer de Miguel Prieto, gran amigo del astrónomo Guillermo Haro quien formaba el suplemento cultural del periódico “Novedades”. Aunque nunca conocimos al filósofo Joaquín Xirau,  padre de Ramón fuimos durante años amigos de Ramón y Ana María y su hijo Joaquín, menor que mi hermano Jan muerto a los 21 años solía jugar con el bajo el gran sabino de la casa de La Morena número 426. Lo llamábamos Tin.

Todos los años, el día de Reyes, el 6 de enero Raoul y Carito Fournier ofrecían una rosca de reyes en su casa de San Jerónimo y allí pude conocer a Nicolau d’Olwer quién declaró que Sahagún en su “Historia general de las cosas de la Nueva España” es el primero en darnos una posible clave para la comprensión total, íntima del mundo, la cultura y la religión aztecas. Más tarde todas las escritoras habríamos de apasionarnos por Joaquín Diez Canedo, su pipa y sus ediciones maravillosas, su paciencia a toda prueba para editar la monumental “Terra Nostra” de Carlos Fuentes (Monsiváis decía que era necesario obtener una beca Guggenheim para poder leerla) y “Palinuro de México” de Fernando del Paso. La China Mendoza gritaba a todo pulmón desde la entrada de la editorial Joaquín Mortiz, “Joaquín te amo, Joaquín voy a matarme si no me correspondes” y Joaquín acostumbrado a las cumbres borrascosas de la que son capaces las mujeres enamoradas ni siquiera sacaba su pipa de su boca.

De todos, la amistad más profunda que hice fue con el retraído y expectante Vicente Rojo de mi misma edad, con quien comparto algo intangible que ambos llevamos dentro y tiene que ver con el silencio.

Como pude entrevistar a Félix Candela que aguantó mis preguntas de primeriza me fascinó leer lo que otro arquitecto Enrique Segarra (quién construyó la mitad del puerto de Veracruz según Ruiz Funes) y admiraba al extraordinario Félix Candela, el creador de las cubiertas aladas, quién trabajó para el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez durante las Olimpiadas de México de 1968. Candela hizo el Palacio de Deportes de la Ciudad Universitaria y como paso por ahí con frecuencia recuerdo a Candela también con frecuencia.  Siempre que veo techos tirados como pañuelos o cofias de religiosas de San Vicente encima de construcciones  creo que las dejaron caer desde un avión Félix Candela, inventor de las bóvedas de cascarón de 5 centímetros como todavía puede verse cual ala de paloma encima del restaurante de Xochimilco.

Así como la película “Subida al cielo”, el gran exilio español en México nos subió a nosotros al cielo, al de la inteligencia, al de la nobleza y en cierto modo al del heroísmo porque nos enseñó que hay causas por las cuales vale la pena jugarnos la vida. Todos nos lanzamos  de cabeza dentro  del corazón republicano porque era noble, era cálido, era generoso y hasta tenía sentido del humor. Todas las mañanas, los que llamábamos “los refugiados” amanecían a su nueva vida con una entereza que ya quisiéramos para un día de fiesta. Luis de Llano Palmer empezó a ganarse la vida en la XEQ. Nadie le tuvo miedo al trabajo, y todos los periodistas recordamos a los hermanos Mayo, a Faustino, a Julio, a Cándido que hoy podrían equipararse a Goya con todos sus retratos de la realidad, así como Goya podría ser “el primer reportero del siglo XX como le dijo Julio a Manuel García.

Por último quisiera recordar a una mujer que no aparece en el libro de Manuel García  y llevaba el nombre de Encarnita Fuyola. Vivía muy pobremente en la calle de López arriba de la tienda de platos, cazuelas, vajillas, sartenes, vasos y jarrones llamada “El ánfora”. Era vieja y gorda. Nunca la vi sin su delantal y cada vez que la visité la encontré en su silla de ruedas. Tuvo un hijo con un mexicano; no la cuidaban ni el padre ni el hijo. Me contó que había sido enfermera del Hospital  Obrero que dirigía el  doctor Juan Planelles durante la guerra y trabajó junto a Tina Modotti. “Yo no era importante, ni siquiera enfermera, era una afanadora, sacaba las bacinicas”. Escucharla fue un bálsamo y una lección de vida y una tarde, después de una copita de jerez que compré en una tienda de abarrotes y bebimos contentas, me confesó que ella era la guerrillera que había ayudado a volar un puente y aparecía en el libro de Hemingway de “Por quién doblan las campanas”. A su entierro no acudió nadie, ni siquiera su hijo.

Sólo me queda agradecerle al magnífico escritor que es Manuel García su magnífico libro y decirle que la lucha heroica de los republicanos fue una lucha libertaria que él supo consignar al entrevistar a  algunos de los que vivieron su exilio entre nosotros para honra y riqueza de la cultura mexicana.

FIN

Iniciarán obras de rehabilitación del parque Antonio Machado, en Masarik y Periférico

INICIARÁN OBRAS DE REHABILITACIÓN DEL “PARQUE ANTONIO MACHADO”, EN MASARYK Y PERIFÉRICO

·          Serán restaurados el Parque y Monumento dedicados al poeta y prosista español en Polanco, de acuerdo con el proyecto original diseñado en 1990 por el arquitecto hispano-mexicano José Luis Benlliure

El Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera Espinosa, realizó un recorrido en las obras de rescate del “Parque Antonio Machado” a cargo de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi) y con la participación de diversos sectores de la sociedad civil, en el marco de los festejos del 75 Aniversario del exilio republicano español a México.

Para esta obra, se retomará el proyecto original del arquitecto hispano-mexicano José Luis Benlliure (fallecido en 1994), y considerado “un clásico de la arquitectura contemporánea en México, ganador del Premio Universidad Nacional en el área de Arquitectura y Diseño (1991) y autor de diversas obras como el Seminario Menor de la Ciudad de México (1955), el Conjunto Aristos (1961); y coautor de la nueva Basílica de Guadalupe con Pedro Ramírez Vázquez y Gabriel Chávez de la Mora.

En la visita, el titular de la Seduvi, Simón Neumann Ladenzon, explicó al Ejecutivo local que estas obras iniciarán en los próximos días para estar listas en la conmemoración del arribo de los primeros exiliados republicanos españoles a México entre 1939 y 1942.

 

Acompañado por la presidenta del Ateneo Español, Carmen Tagüeña Parga, Mancera Espinosa, conoció mediante una maquetas las adecuaciones que se harán al “Parque Antonio Machado”, mismas que forman parte de las acciones de remodelación, mejoramiento y rehabilitación que el Gobierno del Distrito Federal -en coordinación con la delegación Miguel Hidalgo y la iniciativa privada- realizan en la Avenida Presidente Masaryk, en la colonia Polanco.

En el lugar donde también estuvo el coordinador general de la Autoridad del Espacio Público (AEP), Eduardo Aguilar; el Jefe de Gobierno y la presidenta del Ateneo Español dialogaron sobre la importancia de esta obra que tiene como propósito fomentar la cultura y recuperar 6 mil 200 metros cuadros de áreas verdes a través de la restauración de la estela “Antonio Machado”, saneamiento, poda de la vegetación, iluminación, así como la renovación del pavimento y construcción de una pérgola y una fuente.

Boletín Id :1054/14

Fecha : 07/05/2014