Cuarenta cuadros de 26 artistas, así como valiosos documentos del éxodo español tras la Guerra Civil podrán verse a mediados de enero en Huelva.
Unos operarios descuelgan en el Ateneo el retrato de Antonio Machado, pintado por Cristóbal Ruiz en 1926, para su traslado temporal a España. MÓNICA GONZÁLEZ ISLAS

CARMEN MORÁN BREÑA México –

Los pintores Roberto Fernández Balbuena y Elvira Gascón se conocieron al estallar la Guerra Civil Española, cuando ambos trabajaban para salvar el patrimonio artístico de las bombas. Había que inventariar urgentemente las obras del Prado y trasladarlas a Valencia. Ambos fueron profesores de dibujo en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, pero sus carreras hubieron de continuarlas en México, el mismo destino ultramar que dio asilo a más de 25.000 españoles que huyeron del franquismo. La misma suerte corrieron otros artistas consagrados, como Ramón Gaya, Cristóbal Ruiz o Manuela Ballester, casada con Josep Renau. Y miles de niños y jóvenes, algunos de los cuales se formarían en México en las mismas disciplinas, como Vicente Rojo. El Ateneo Español de México conserva unas 300 obras de aquellos exiliados republicanos, 40 de las cuales viajarán por primera vez a España para ser expuestas por la Diputación de Huelva a mediados de enero. Junto a acuarelas y óleos llegarán fotografías, cartas, apuntes, libros ilustrados y otros valiosos documentos pertenecientes al archivo del Ateneo, la gran ventana histórica del éxodo español.

Mirada y presencia lleva por título esta muestra que cruzará el océano para dar a conocer la obra de 26 artistas que el franquismo despreció expulsándolos de su tierra. Nombres como Lucinda Urrusti, José María Jiménez Botey, José Bardasano, Josefina Ballester, Teresa Olabuenaga, Xavier de Oteiza, Cristóbal Ruiz Baquedano, Fidel Cuesta Ruiz o Loty de la Granja, entre otros, además de los ya mencionados. Algunos eran además de pintores, arquitectos, cartelistas, ilustradores editoriales, profesores. La colección se nutre sobre todo del legado de María Teresa Arregui y José Puche Álvarez, quien fue el segundo presidente del ateneo, inaugurado en 1949. El matrimonio no tuvo hijos y compraron o recibieron como regalo numerosos cuadros de los exiliados. Uno de los cuadros que se expondrán en Huelva es, precisamente, un retrato de Puche a lápiz y carbón pintado por Manuela Ballester en 1945.

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