Poema de Luis Cernuda a un brigadista

Félix Población

José Iturmendi, ex decano de la Facultad de Derecho, aspiró al rectorado de la Universidad Complutense en las pasadas elecciones. Fue derrotado por José Carrillo, que el pasado 22 de octubre inauguró un monumento a las Brigadas Internacionales, donde muchos de estos voluntarios perdieron la vida defendiendo a Madrid de los bombardeos nazis.

En esa misma fecha, Iturmendi comentó en el diario La Razón que con ese monolito en honor de los voluntarios extranjeros que lucharon contra el fascismo en la Guerra de España, Carrillo pretendía reescribir de manera unilateral la memoria histórica y que tal monumento no es pertinente, adecuado ni oportuno puesto que no conmemora algo pacífico.

Las palabras del ex decano de la Facultad de Derecho parecen haber surtido su efecto el pasado fin de semana. Sobre el monolito apareció una pintada en la que sus autores califican de asesinos a quienes acudieron a defender la Segunda República contra el golpe de estado del general Franco, apoyado militarmente por los regímenes fascistas de Alemania e Italia. Esa rebelión armada contra el estado de derecho legítima y democráticamente instaurado es lo que, como bien debería saber el señor Iturmendi, nunca se debió conmemorar, aunque aquí lo estuvimos haciendo y padeciendo durante casi cuatro décadas. Pocos años antes de morir, Luis Cernuda, visitó una universidad de los Estados Unidos con objeto de leer allí algunos de sus poemas. Fue en ese acto, cuando Cernuda se encontró con un ex soldado voluntario de la Brigada Lincoln que lo saludó con la emoción reverdecida por la evocación que los versos habían sembrado en su memoria. No espero que quienes pretendieron enlodar la memoria de esos luchadores en el campus de la Complutense lean ese poema, escrito por Cernuda en su hotel la misma noche del encuentro con el brigadista, pues probablemente su sensibilidad esté embotada para tales menesteres, pero que un profesor de Derecho ignore, pase por alto o desprecie el significado de esos versos y los manche con su opinión acerca del proceder de aquellos voluntarios me parece desolador y vergonzoso. El poema se titula 1936 y dice así:

Recuérdalo tú y recuérdalo a otros,
cuando asqueados de la bajeza humana, cuando iracundos de la dureza humana:
Este hombre solo, este acto solo, esta fe sola. Recuérdalo tú y recuérdalo a otros.

En 1961 y en ciudad extraña, más de un cuarto de siglo después. Trivial la circunstancia, forzado tú a pública lectura,

por ella con aquel hombre conversaste: Un antiguo soldado
en la Brigada Lincoln.

Veinticinco años hace, este hombre, sin conocer tu tierra, para él lejana
y extraña toda, escogió ir a ella
y en ella, si la ocasión llegaba, decidió apostar su vida,

juzgando que la causa allá puesta al tablero entonces, digna era
de luchar por la fe que su vida llenaba.

Que aquella causa aparezca perdida, nada importa;
Que tantos otros, pretendiendo fe en ella sólo atendieran a ellos mismos,
importa menos.
Lo que importa y nos basta es la fe de uno.

Por eso otra vez hoy la causa te aparece como en aquellos días:
noble y tan digna de luchar por ella.
Y su fe, la fe aquella, él la ha mantenido a través de los años, la derrota,
cuando todo parece traicionarla.
Mas esa fe, te dices, es lo que sólo importa.

Gracias, compañero, gracias
por el ejemplo. Gracias por que me dices que el hombre es noble.
Nada importa que tan pocos lo sean: Uno, uno tan sólo basta
como testigo irrefutable
de toda la nobleza humana.

Luis Cernuda

 

Ellas no cabían en la cárcel de Victoria Kent CGT-A pide rescatar del olvido la vieja prisión de mujeres de Málaga

Olivia Carballar Sevilla

Las mujeres han sido durante años las grandes silenciadas del franquismo. Ni la Ley de Memoria Histórica se acordó de ellas. No fue hasta el año pasado cuando la Junta de Andalucía las reconoció por primera vez como víctimas oficiales de una dictadura que les arrebató los derechos adquiridos, no sin dificultades, en la II República. Las asociaciones memorialistas ahora promueven un nuevo homenaje a través de los Lugares de Memoria Histórica, una figura recién creada por el Gobierno andaluz para dignificar, proteger y catalogar los puntos donde sucedieron hechos violentos.

Entre sus propuestas, el grupo de trabajo sobre Memoria Histórica del sindicato CGT-Andalucía ha señalado la vieja cárcel de mujeres de Málaga. Durante la República, la entonces directora de Prisiones, Victoria Kent, cerró la prisión por su insalubridad. Sin embargo, y a pesar de esas nefastas condiciones, fue reabierta por los falangistas para encarcelar a las mujeres de los rojos. “Kent propició el inicio de prisiones de construcción nueva, donde hubiese una reinserción real. Y la prensa local de la época recoge fotografías de ella visitando las obras de la nueva prisión provincial, para unas 500 o 600 personas. Al entrar las tropas franquistas en la ciudad, esta cárcel se quedó pequeña, se hacinó hasta límites insoportables. Y a las mujeres se las trasladó a la vieja, que se inundaba, que tenía humedades… A ellas se dedicó el sitio más inhóspito“, explica la profesora de la Universidad de Málaga Encarnación Barranquero, investigadora y autora de diversas obras sobre la represión hacia las mujeres.

Los falangistas las llevaron a una cloaca tras quedarse pequeña la prisión

“Ni la juventud ni la ancianidad fueron atenuantes para que se las considerara peligrosas y sufrieran los rigores de la represión. Tanto en las fichas de la cárcel como en las órdenes de sepelio del Ayuntamiento para los enterramientos se pueden ver jóvenes de 18 años ejecutadas y ancianas de 82 acusadas de rebelión militar”, sostiene Barranquero. En torno a 50 mujeres presas fueron sometidas, además, a un “experimento” elaborado por el doctor Antonio Vallejo-Nájera. Su conclusión fue que las mujeres tienen instintos criminales y necrófagos que, en circunstancias normales, no demuestran por el control que se ejerce sobre ellas. Sólo gracias a ese control son dulces y buenas. Pero en momentos de revolución esos instintos se desatan. A sus hijos habría que educarlos al margen de ellas. “La Iglesia tuvo mucho que ver en todo eso, en la reeducación de los hijos”, afirma Antonio Somoza, de CGT de Málaga, que se indigna al recordar que la Iglesia aún no ha pedido perdón por su papel durante el régimen franquista.

La ‘desbandá’

Fueron también las mujeres, según Barranquero, las que impulsaron en gran medida la desbandá, aquella huida masiva por la carretera entre Málaga y Almería ante la llegada de los falangistas. “Eran las encargadas de mantener controlados a los niños, a ancianos y los enseres que portaban“, añade.

La investigadora, que ha buscado el reconocimiento de las mujeres a través de sus trabajos, destaca el papel que tuvieron que ejercer en la guerra: “Les tocó a muchas sacar la familia adelante al quedarse solas y enfrentar años de hambre y miseria en los mejores casos, si es que no se añadía el estigma de ser familias de presos, de fusilados o desaparecidos”.

De la escuela de la República al Nacionalcatolicismo

Dolors Aguado y Martorell

Arturo siempre fue Don Arturo para mí, maestro de la República, seguidor de los métodos de la Institución Libre de Enseñanza, de Giner de los Rios y Bartolomé de Cossio. Profesor de historia represaliado por el infausto régimen del dictador Franco, no pudo ejercer la enseñanza hasta bien entrada la década de los sesenta. Cuando fue contratado en un colegio religioso y en otro privado ocho horas por semana en cada uno, me contaba la de sorpresas que se había llevado en su regreso tardío a la docencia. Pensaba que, después de muchos años depurado, preso y en el exilio, trabajando con tacto y prudencia, se podía continuar haciendo una escuela activa: práctica de asambleas, diario de clase, textos libres; en una palabra, libertad de cátedra. Y sobre todo luchar por una escuela laica de nuevo. No fue posible, pese a su empeño. En la época en que lo conocí –a principios de los 70- me solía repetir, ahíto de amargura: “el régimen no acepta ni el diálogo ni el sugerimiento.”

En uno de los centros, al principio de cada jornada, los alumnos y maestros hacían filas en el patio, levantaban el brazo (no todos sonreían) y se oían las notas del “Cara al Sol”. Después, a clase.

“Yo he visto matar la escuela”, explicaba la pedagoga Marta Mata, de quien ya publiqué un artículo en EL OTRO PAÍS con motivo de su fallecimiento. “He visto dispersar a los maestros. He visto guillotinar los libros de texto por el mero hecho de estar escritos en catalán”. En el enfoque de la enseñanza, bien mereció el régimen nacido el 14 de abril de 1931 el sobrenombre de “República de intelectuales”, también porque coincidió con un nuevo ímpetu de escritores y universitarios, con un acrecentado deseo de saber de las clases populares. Las causas fueron múltiples: la necesidad de una mayor participación popular en tareas políticas y sindicales, la puesta en tela de juicio de concepciones seculares, la incorporación de las niñas en una escuela unitaria y la voluntad decidida de la República por crear una escuela pública, gratuita y obligatoria al menos en el nivel de la enseñanza primaria, que arrancara de las manos de la iglesia católica a través de las ordenes religiosas el monopolio de la enseñanza. No se puede negar la proyección de la República sobre la enseñanza: creación de 7.000 escuelas en 1931; 2580 en 1932; 3900 en 1933. Los sueldos de los maestros sumaban 5’8 millones de pesetas en el presupuesto de 1931 y 28’2 en el de 1932. Se triplicaron los Institutos de segunda enseñanza y se formaron nuevos profesores.

Las misiones pedagógicas salieron por campos y aldeas. La obra de “La Barraca”, el teatro de los estudiantes, dirigido por Federico García Lorca ha quedado como jalón y ejemplo para otras generaciones. Del mismo tono, fue El “Búho”, teatro de la F.U.E. de Valencia, dirigida por Max Aub. Porque la escuela fue uno de los grandes logros de la segunda República, no fue casual el ensañamiento del franquismo con hombres como Arturo y con todo el cuerpo de maestros y maestras que trabajaron por el ideal de una enseñanza pública, gratuita y laica. Por eso, el largo olvido en que estuvieron en la noche de la dictadura se prolongó tras la muerte del generalísimo. Casi nadie les ha dedicado un reconocimiento por el trabajo, la experiencia, los méritos de la escuela que habían construido durante la República. Es lógico, se pactó enterrar la República y, por tanto, silenciar toda su obra.

Del Maestro Al Catequista

Con la victoria del fascismo, el perfil del maestro tenía que cambiar radicalmente. Ya en 1939, el ideólogo franquista Alfonso Iniesta escribió en su obra “El caudillo y la escuela”: “Al enemigo hay que despojarle de sus ideales absurdos, dice el caudillo, y es ésa la Misión del maestro”.

No le fue a la zaga la Inspección educativa de Girona, que en su primer comunicado, en 1939, expresó el tipo de profesionales de la enseñanza que querían los vencedores: “Maestros sanos de cuerpo y espíritu, poseídos del fervor necesario para arrastrar inquietudes infantiles; con valor suficiente para afrontar la tarea que exige de nosotros renunciación y sacrificio, y valentía suficiente para sostener nuestras creencias; entusiasmo inquebrantable para transmitir el amor que precisa la tierra bendita que nos vio nacer, la de las grandes epopeyas e incontables heroísmos. Siempre firme nuestra fe en Dios y en España y completa nuestra obediencia al Caudillo. No se puede dejar todo en manos del párroco, sino, juntamente con él, intensificar de tal forma la enseñanza del catecismo”. He aquí un ejemplo de lo que copiaba un niño de La Salle, de Cassà de la Selva, el curso 1961-1962: “Los gitanos. Los que viven en casas derrumbadas, debajo de puentes y rodeando una hoguera. Mujeres y niños mal vestidos y sucios son los gitanos. Hombres que son lo último de la sociedad, la peste por donde pasan con sus robos. Se sirven de animales que luchan con la vida y la muerte por su falta de alimentos”. Y acaba diciendo que deberían desaparecer porque no aportaban ningún provecho.

Esta fue la gran regresión del franquismo, devolver la escuela a la Iglesia católica, reinstaurar el clasismo, el desprecio a lo diferente, eliminar la razón. En definitiva, el regreso a la España negra del tópico y la inquisición. La Iglesia católica, en su afán por controlar los contenidos de la enseñanza, no ha dudado en reprimir, depurar, fusilar maestros – homenaje aquí al maestro de Pulianas fusilado junto con García Lorca. No hay que olvidar que le correspondió a un maestro valenciano Cayetano Ripoll, el mestre de Russafa, el triste honor de ser la última victima del Santo Oficio, quemado públicamente en Valencia en 1826.

Todas estas reflexiones y recuerdos sobre la enseñanza y la República se han reavivado con la lectura del excelente libro de Ramón Portell i Salomó Marqués “Mare de déu, quina escola. Els mestres contra Franco”, que ha salido de imprenta en la Editorial Ara Llibres. También ha contribuido a revigorizar mis recuerdos el asco que me ha producido contemplar a un enviado de la Curia vaticana reclamarle al gobierno el máximo respeto a la libertad de enseñanza.

Los “legítimos” herederos de la Institución Libre de Enseñanza, el Instituto-Escuela y la Residencia de Estudiantes: D. Bernardo Giner de los Ríos y la “Corporación de Antiguos Alumnos (Grupo de México)”.

Arturo Fernández Domínguez

Hijo del Exilio republicano y socialista español e “institucionista”

Según la “Voz” (Palabra) (Pensamiento) del Exilio “institucionista”, de la “Corporación de Antiguos Alumnos de la Institución Libre de Enseñanza, el Instituto-Escuela y la Residencia de Estudiantes (Grupo de México)”, representada por su presidente D. Bernardo Giner de los Ríos, expuesta -con total claridad- por su secretario D. Germán Somolinos D’ Ardois en su artículo titulado “Los Ochenta Años de D. Bernardo”, publicado en el Boletín No 110, de diciembre de 1968, acerca de los únicos legítimos (verdaderos) herederos de estas instituciones (históricas), éste afirma que:

“D. Bernardo es el presidente de la Institución Libre de Enseñanza. Nombrado por la asamblea general todavía en España (en 1936) y sus manos son las únicas que pueden recibir el patrimonio institucionista cuando el retorno sea posible. Esta razón fundamental en nuestro grupo…” (Grupo de México).

Y, ello, porque D. Bernardo es “el alma, el impulso y hasta el obrero manual de nuestro Boletín. Archivo permanente y futuro de nuestra Corporación”; “el fundamento de nuestro grupo”; “el aglutinante de todos nosotros”. Sabe “convivir, comprender y atraer hacia sí, los más dispares caracteres de esa heterogénea Corporación, donde todos estamos unidos por el hilo de la nostalgia, la amistad y el culto a D. Francisco y sus apóstoles”.

Para terminar, diciendo: “Obra callada, obra de soledad, pero con trascendencia para todos. Razón de su autoridad moral permanente en el grupo de exiliados españoles. Son treinta años de edificación continua y, él, que es arquitecto, sabe muy bien que cuando se edifica sobre cimientos sólidos la obra será perdurable. Creo haber repasado algunas de las razones por las cuales D. Bernardo ha sabido cumplir sus ochenta años y sabrá seguir cumpliendo los venideros. Son razones de esperanza, de responsabilidad, de fe y de convivencia…”.

Sin embargo -desgraciadamente- la “Corporación de Antiguos Alumnos (Grupo de México)”, a través de su presidente D. Bernardo Giner de los Ríos, que falleció en el año de 1970 en México, la “legítima” (verdadera) heredera del legado (herencia) “intelectual” (espiritual) y material (patrimonial) de dichas instituciones, no sólo no recibió el patrimonio (edificios históricos); sino que, tampoco, la dejaron (permitieron) tomar la dirección y realizar la gestión de éstas a partir de la etapa de la Transición “democrática” (años 1977-78), porque tuvo lugar otra “restauración” histórica más de la Monarquía borbónica, “liberal” y católica en España, una nueva versión (más modernizada) (reedición) de la restauración “canovista” del anterior siglo XIX.

La Institución Libre de Enseñanza, el Instituto-Escuela y la Residencia de Estudiantes (históricas) en el Exilio, y sus principales integrantes (representantes), de orientación ideológica democrática -principalmente (fundamentalmente)- republicana y socialista fueron (sin contemplaciones) postergados, silenciados y olvidados por unos nuevos “dirigentes” (supuestos “institucionistas”) en España, los “hijos” (herederos) del Franquismo, que los pusieron (colocaron) al frente de la actual Institución “oficial” (Fundación “Francisco Giner de los Ríos”, “Corporación de Antiguos Alumnos y Amigos” y Residencia de Estudiantes), totalmente diferente (distinta) y contraria a la “histórica”. Esta Institución “oficial” -desde el primer momento- vendrá (será) ya “bendecida” política y económicamente; y, también, servirá como “aggiornamento” liberal y progresista y “legitimadora” del nuevo régimen político “democrático”, heredero e impuesto por el Franquismo, la Monarquía borbónica, “liberal” y católica, hasta llegar después a convertirse además, y cada vez lo será más en el futuro, en un lucrativo “negocio” (empresa) cultural.

La recuperación (completa), de la importante (por su valor “inestimable”) “Voz” (Palabra) (Pensamiento) del Exilio “institucionista”, recogida (expuesta) -afortunadamente- en el Boletín de la “Corporación de Antiguos Alumnos de la Institución Libre de Enseñanza, el Instituto-Escuela y la Residencia de Estudiantes (Grupo de México)”, durante los años 1958 hasta 1970, gracias -sobre todo- a D. Bernardo Giner y otros “institucionistas”, es pues necesaria (imprescindible) en la actualidad para poder llevar a cabo (realizar) en el futuro la restauración (definitiva) y la continuidad (continuación) de estas instituciones en España.

Dicha “Voz” estuvo integrada (constituida) no sólo por los “institucionistas” que estaban en el Exilio; sino, también, por los que se encontraban -por diversas circunstancias personales y familiares- dentro de la España de Franco y la Iglesia católica, que fueron perseguidos, presos y postergados -como por ejemplo- D. Luis Calandre Ibáñez, médico de la Residencia de Estudiantes de Madrid; y, de Dña. María Sánchez-Arbós, maestra y profesora del Instituto-Escuela de Madrid, entre otros principales. No obstante, éstos mantuvieron -siempre- una estrecha y afectuosa relación epistolar con D. Bernardo Giner y la “Corporación de Antiguos Alumnos (Grupo de México)”; aportando, además, sus colaboraciones (artículos) a su modesto- no por ello menos importante- Boletín, de gran significación para Dña. María Sánchez-Arbós por ser: “esencia y presencia” del anterior; que a mí “tanto me dice y tanto me recuerda y admiro a los pocos compañeros que se mantienen fieles, leales a un principio amoroso que sopló intensamente en su alma”; y, que, finalmente, “representa el aliento vital de lo que fue y no se extingue, y pasará a otros espíritus delicados cuando falten los actuales, porque lo bueno y verdadero debe ser infinito” (Boletín Grupo de México, No 64, septiembre de 1963,”Acuse de Recibo” por Dña. María Sánchez-Arbós).

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